jueves, 21 de mayo de 2009

Historia de la Lucha: Milon de Crotona

Nació en la colonia griega de Crotona (Magna Grecia) en el S. VI aC. Fue campeón olímpico de Lucha en 6 ocasiones, en la modalidad infantil en la 60ª olimpiada, de l 540 aC, y en la senior desde la 62ª a la 66ª Olimpiadas. A esto habría que añadirle 7 victorias en los Juegos Píticos. Aún después continuó compitiendo más allá de la edad normal de retirada de un atleta de su época.

Muy cerca de la ciudad de Olimpia, se celebraban antiguamente en honor de Júpiter unas grandes fiestas. Estas fiestas llamadas “juegos” que tomaban por pretexto el culto de la divinidad, eran en realidad diversiones que, con gran satisfacción del pueblo, organizaban los magistrados. Por lo tanto se puede decir que los Juegos Olímpicos comenzaron bajo los auspicios de la religión. Tenían lugar cada cinco años, durante la luna nueva.


Comenzaban con los sacrificios que el pueblo ofrecía en el templo de Júpiter. Los altares se embellecían con adornos magníficos y flores y la sangre de las víctimas manaba a torrentes, prolongándose las ceremonias hasta bien entrada la noche, bajo la luz de la luna y a los primeros fulgores de la aurora se tomaban las disposiciones necesarias para comenzar los juegos.


Las pruebas se disputaban en el estadio - reservado a las carreras a pie y a combates diversos - y en el hipódromo – dedicado a las carreras de caballos y de carros. Antes de efectuarse el alistamiento de los concurrentes a las pruebas, éstos comparecían ante los jueces que debían fallarlas y prestaban juramento de comportarse lealmente y de no recurrir jamás a ninguna artimaña o recurso ilegal. La lealtad y el honor debían de inspirar sus esfuerzos.


A parte de las carreras a pie y los ejercicios de agilidad y fuerza, se celebraban también las pruebas más esperadas conocidas con los nombres de lucha, pugilato, pancracio y pentatlón. No es este el momento de profundizar en las descripciones de cada una de estas pruebas, lo dicho anteriormente sólo era como una puesta en escena para ambientar la historia de Milón de Crotona que fue uno de los atletas que se presentaron a estos juegos y que se hizo famoso por su gran fuerza.


Cuenta la leyenda que cuando era muy joven, le regalaron un becerrito con el que se encariñó tanto que tenía por costumbre cargarlo en sus hombros y siempre lo llevaba consigo de un lado a otro. Todos los días y durante cuatro años, repitió este ejercicio hasta el completo crecimiento del animal, cuyo peso había aumentado día a día. Llegada la época de las Olimpiadas, Milón quiso participar en la prueba de fuerza y así lo hizo presentándose en la pista llevando su toro en la espalda y dando la vuelta al ruedo sin tomar aliento. El público, asombrado por su fuerza lo vitoreaba, Milón entonces, con gran serenidad dejó su carga en el suelo y de un puñetazo asestado en la cabeza del animal, entre cuerno y cuerno, lo dejó muerto. Y por si esto fuera poco, Milón que según parece tenía un apetito considerable, se comió su imponente víctima en pocas horas.


A pesar de los relatos que nos narran sus múltiples hazañas, en clave hiperbólica la mayoría, es bastante probable que se trate de un personaje histórico. Es citado por numerosos autores clásicos, entre los cuales están Aristóteles, Pausanias, Cicerón, Heródoto, Vitruvio, y muchos otros que con sus relatos no hacen más que acrecentar la leyenda entorno a este personaje. Por poner un ejemplo, Diodoro Sículo escribió en su historia que Milón era un seguidor de Pitágoras, y también que comandaba el ejército de Crotona que derrotó a los sibaritas (habitantes de la legendaria ciudad de Sibaris), en 511 aC, mientras portaba sus coronas olímpicas y vestía como Hércules con la piel del león y la maza.


El glorioso héroe fue seis veces vencedor en los juegos Olímpicos y siete en los Juegos Píticos y a pesar de sus violentos y pesados ejercicios, el famoso crotoniata alcanzó una edad muy avanzada. Pero las fuerzas de este luchador extraordinario menguaron con el tiempo. Pausinas relata que cuando Milon, en 512 a.C., pretendió conquistar por séptima vez la corona trinufal de la lucha libre, un compatriota suyo mas joven. Timasiteo, que fue su adevrsario, desviaba el cuerpo con tal habilidad durante la lucha, que Milon, exhausto al final que ceder.


Se cuenta que un día paseando por un bosque, encontró un árbol rajado por los leñadores que habían puesto una cuña en una hendidura. Queriendo partir el árbol con las manos, quitó la cuña, pero entonces las dos partes del tronco se unieron dejándole atrapada la mano y así fue devorado por las fieras.


La Muerte de Milon fue más prosaica. Un vecino poderoso de Crotona, su ciudad natal, quería ser aceptado en la Orden de los Pitagoricos, y cuando, por su carácter vehemente, se le negó la admisión, mando a matar a Milon y a sus amigos. De ningúna manera hay que imaginarse a Milon como un hombre de mucho musculo y poca inteligencia. Al contrario; como rapsoda y amigo de Pitagoras, se sentía (en su forma de vida) atraído hacia el ideal Pitagorico de la armonía del cuerpo y de la mente. Un libro que escribió sobre la naturaleza, titulado Fisica y que desgraciadamente no llego a ser conservado, demuestra que además de ser deportista, Milon fue también hombre de ciencia y filosofo.

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